El mar, fuente de vida y de muerte, y el mundo de leyenda de la Bretaña céltica forman el telón de fondo de esta narración, realista y fantástica al mismo tiempo, misteriosa y poética como las sirenas cuya maldición constituye su núcleo. Anatole Le Braz, con su escritura sensible y su erudición de folklorista, nos ofrece un relato de belleza subyugante, casi hipnótica.