Algunos objetos de estudio y reflexión inamovibles durante siglos como los cuatro elementos clásicos de la naturaleza han sido fragmentados en discursos especializados y mostrados como una invención cultural. Si bien esta desconstrucción nos ha permitido conocer los logros del racionalismo. nos ha dejado, de otro lado, huérfanos del dialogismo socrático. El presente libro, primero de los cuatro que consagrados a la Tierra, al Agua, al Fuego y al Aire respectivamente, nació con voluntad dialógica entre la Antropología y la Historia.