Cuando escribe Lo Arácnido, Fernand Deligny (1903-1996) ya ha sido maestro en escuelas especiales que reciben niños inadaptados de las periferias de París, ya ha “educado” también en el hospital psiquiátrico de Armèntieres y luego en Lille, donde requisa edificios abandonados durante la 2° Guerra y arma una red de ayuda mutua entre obreros, delincuentes y miembros de la Resistencia, ya ha sido invitado por Jean Oury y Félix Guattari a la clínica La Borde y ya se ha ido, incómodo con los grupos, el diagnóstico, y el psicoanálisis, y hace 15 años que es el referente de una red de acogida de niños autistas en una zona rural de las Cevenas. Insiste en decirse “poeta y etólogo”. En lo cual no hay ningún preciosismo, sino una alianza necesaria: explorar el autismo exige enfrentar la entente universal del lenguaje y la figura humana.
Bajo esta insignia está escrito Lo Arácnido, un ens...leer más