Silvia Schwarzböck afirma que a la postdictadura hay que adentrarse por la estética, porque su objeto -propio del género de terror- así lo exige. ¿Qué significa para la autora llevar a cabo una reflexión propiamente estética sobre este objeto? Implica, entre otras cosas, pensar materialmente la ficcionalidad de lo dado. Y pensar lo dado es negarlo, abrirlo, mirarlo, escucharlo, para leer en la apariencia lo que en su mostrar no enseña ni ilumina; para volver a ver lo que puede ser visto -y sólo por eso puede ser visto- por quien no puede pensarlo.
Cabría preguntar entonces: ¿qué es lo dado en este libro? Es la vida sin fantasma del comunismo, es la vida de la derrota después de la derrota. Es la vida de la postderrota.
[...] Lo dado es, también, la configuración cristalizada de esa forma de vida que ganó. Y lo que ganó, en Argentina, se impuso a sangre y fuego; lo que ganó...leer más