“El ojo aumentaba y disminuía de tamaño. Era un pequeño universo. Contenía todos los accidentes: autos haciéndose pedazos al caer a acantilados y al estrellarse contra otros autos y contra paredes de edificios abandonados. Todos esos vidrios y fierros eran hermosos, brillaban como estrellas. Veía las marcas de las llantas en el asfalto y también millares de columnas vertebrales doblándose hasta triturarse en los asientos. Contenía olores: a gasolina pero también a fluidos humanos, sangre y sudor y semen.”
A medio camino entre la weird fiction y la literatura pulp, Miles de ojos se lanza en un vertiginoso viaje a través de carreteras en las que árboles y cuerpos se funden con el acero y el cromo. La novela tiene como epicentro a una subcultura de adoradores de la velocidad y el black metal, que pretenden utilizar un automóvil deportivo de 1970 como instrumento ritual para libera...leer más