No vivimos –en ningún sentido– al margen del conocimiento. Vacunas, antibióticos, psicotrópicos, alimentos, transporte, energía, abrigo, agua potable, flujo de información, estadísticas, inteligencia artificial, empleo, industria, comercio, educación, medioambiente, seguridad, paz, democracia, en suma: la vida toda e incluso la muerte dependen, hoy, del conocimiento.
Sin embargo, no todo proceso de investigación engendra conocimiento funcional o útil para la vida humana. Gran parte de estos procesos, quizás la mayor parte, o bien nunca llega a producir conocimiento útil, o bien lo produce en sentidos y modos que no eran los previstos. De todas las formas de producción humana –salvo, quizás, el arte–, el conocimiento es la única en que el fin o el resultado se desconocen al momento de diseñar e implementar su producción.
¿En qué consiste la producción de conocimiento? ¿Qué ...leer más