Aunque los primeros intentos de dar respuesta jurídica a los cada vez más frecuentes atentados que sufre el medio ambiente se centraron principalmente en dotar de protección a sus elementos constitutivos (agua, aire y suelo), el desarrollo de la legislación ambiental ha favorecido que esa definición genérica se haya precisado y enriquecido en los últimos tiempos. Al lado de los elementos constitutivos del ambiente aparecen en la actualidad, como objeto de tutela jurídica, otros factores esenciales para el equilibrio natural, y en especial los biológicos, que son objeto de atención preferente en las normas sobre protección de la naturaleza. Estos nuevos instrumentos normativos, aprobados tanto en el marco supra-nacional (mediante Tratados y disposiciones comunitarias) como en el estatal (a través de ciertas leyes administrativas de carácter central o autonómico) han superado con creces...leer más