El amor es un autoengaño inevitable. Aunque nos parezca cínico y difícil de aceptar, es precisamente en nuestra idea del amor donde anidan los gérmenes del sufrimiento. En sus «mitos» –eternidad, fidelidad, perfección– está ya apuntado el camino de la posible desilusión, de la desesperación y de la obsesión._x000D_
Emanuela Muriana y Tiziana Verbitz ilustran este concepto con una serie de personajes en los que fácilmente nos reconoceremos. Describen con pasión y lucidez las vicisitudes de hombres y mujeres e identifican en cada una de sus historias los mecanismos psíquicos que constituyen el origen del malestar. Es mejor que miremos al amor como lo que es: «el más sublime de los autoengaños»; estaremos en condiciones de vivirlo mejor. _x000D_
«No hay enamoramiento sin ilusión, ¡no hay amor sin un poco de desilusión!»