Si nuestro yo de hace unos años pudiera ver cómo somos en la actualidad, qué hemos hecho, vivido y con quién, se sorprendería. Arnau acaba de llegar a Reykjavík con la intención de darle un giro a su vida. Debatiéndose entre la perplejidad y la claustrofobia provocada por el reducido tamaño de la ciudad, las costumbres locales, la dificultad del idioma y el mal tiempo, siente que todo mejora cuando conoce a Einar, un tímido y seductor jugador de waterpolo, y a su disparato grupo de amigos. Reykjavík línea 11 es una novela que nos habla del aprendizaje obtenido gracias a todas las personas que han pasado por nuestra vida. Y de la importancia de saldar cuentas, recuperar la confianza en uno mismo, pasar página y abrirse a nuevos horizontes. También es una historia de amor a temperaturas bajo cero.