El misticismo y el erotismo confluyen en los luminosos versos de Enriqueta Ochoa, logrando una sola corriente lírica que, como ella misma dijo, "en mis manos las palabras se convierten en 'piedras preciosas'"; entonces, en sus manos el espíritu del amor sagrado y el del amor profano se engastan en una revelación poética que nos trae, además, el brillo más profundo de lo que es la sensibilidad femenina cuando trasciende desde la intimidad. Manzano Añorve, autora de este estudio sobre la poetisa coahuilense, nos invita a conocer los secretos que permitieron a Enriqueta Ochoa encontrar a Dios en la poesía y a la poesía en Dios.