Lucio Cornelio Sila Félix (138 a 78 antes de nuestra era) fue considerado , y lo sigue siendo, un emperador romano monstruoso que, apoyado en un ejército por una vez bien pagado, estableció el terror como arma política. Marchó dos veces sobre Roma, saqueó Atenas, cinco mil hombres sufrieron bajo su mandato la pena de muerte, desposeyó a los campesinos itálicos para pagar con sus tierras a los legionarios licenciados. Pero cuando comprendió que su papel estaba cumplido, supo retirarse a la placentera vida de la campiña rodeado de artistas y amigos de juventud reencontrados. Esta biografía pretende, por encima de todo, resituar a Sila en el juego de las fuerzas políticas de su tiempo y, arrojando una mirada retrospectiva a los acontecimientos históricos de aquel siglo II, facilitar la comprensión de las condiciones en las que el cruel emperador fue posible.