El Sócrates de André Jean Festugière (1898-1982) es un estudio clásico, escrito con la pasión del helenista y la convicción del creyente. Sus argumentos se inscriben en la corriente neoplatónica de raigambre clerical, surgida en la Francia de las entreguerras, y que más tarde vería en Pierre Hadot y Michel Tardieu a sus dignos sucesores.
Festugière se debate entonces entre la figura de Sócrates en su extremada rareza: como ironista, comadrona, tábano, pez torpedo, músico y danzarín; y otra —de sesgo apologético que destaca al hombre justo, piadoso, sabio, humilde, y convencido de estar guiado por una fuerza divina.
La elegante prosa de Festugière encuentra su complemento perfecto en la traducción del poeta alicantino Juan Gil-Albert.