El Teatro Degollado forma parte de los tres monumentos emblemáticos del imaginario de Guadalajara. Al lado de la Catedral y del Hospicio Cabañas, este foro escénico de estilo neoclásico ha dado identidad y prosapia a la capital de Jalisco. Desde su inauguración, el 13 de septiembre de 1866, ha recibido el elogio de por propios y extraños de Manuel Gutiérrez Nájera a Agustín Yáñez y Eduardo Lizalde, por ejemplo, espacio por excelencia de las galas del teatro, la ópera, la danza y la literatura. El edificio conserva en su interior, en la bóveda de su sala, un tesoro cultural que merece ser algo más que «el secreto mejor guardado». Esa joya del siglo XIX es el mural al óleo que el mismo arquitecto constructor del coliseo, Jacobo Gálvez, pintó con la colaboración de Gerardo Suárez y Carlos Villaseñor. Se trata de una recreación a gran escala del canto IV del Infierno de La Divina Comedia ...leer más