
Javier Ibarra ha decidido meterse con su pluma en los resquicios del alma de esos fantasmas de pavimento y smog donde ha hecho una serie de crónicas asquerosamente buenas y cercanas; en sus textos hay no sólo una trayectoria del punk, sino que hacen del punk una trayectoria de nuestra vida diaria. Como un bajista de tres acordes, el autor de estas crónicas no está interesado en relatar grandes anécdotas, sino los espacios íntimos de los ignorados. Ha entendido que vale más la pena la canción de poco menos de ciento veinte segundos que la gran épica de un long play gastado, lugar común al, que recurre todo escritor "joven" de nuestro entorno queriendo escribir la gran novela generacional. Y ese sentimiento es el que se lee en estas historias donde transitan jugadores de pelota vasca, la Sekta Core, Tepito, Santa Catarina... pero, sobre todo, su experiencia auténtica entre dos ciudades ...leer más