Babilonia o Troya, Berlín o Buenos Aires, Nueva York o la Ciudad de México, antes de cualquier cosa constituyen algo que podríamos llamar horizontes de esperanza, o como los llama Koselleck, horizontes de expectativas. Estas ciudades, como cualquier otra, son eminentemente objetos de deseo y despiertan el interés de habitarlas o apoderarse de sus espacios siempre crecientes y siempre mal definidos._x000D_
Lo que a primera vista podría parecer una paradoja es que a pesar de que el estado psicológico del individuo en la "novela de la gran ciudad" Großstadtroman, moderno esté en el centro de la atención, al mismo tiempo, su rol como protagonista disminuye en novelas tan importantes como Manhattan Transfer, Berlín Alexanderplatz o Los siete locos, de Roberto Arlt, una de las primeras manifestaciones latinoamericanas de este género. el aislamiento del individuo, el riesgo de perders...leer más