Términos como valores, cultura, humanismo o ciudadanía gozan en el debate público de un prestigio a veces casi sagrado. Según este libro, el culto que se tributa a tales conceptos proporciona al menos la mitad de los materiales que el capitalismo futuro necesitará para su expansión. La otra mitad presentará un aspecto torvamente disciplinario, pero habrá de completarse con toda una ideología cultural del desafío, la experiencia y la transgresión, y con una retórica moral tan edificante como autosatisfecha. Antonio Valdecantos sostiene que las universidades europeas han proporcionado en los últimos años un magnífico laboratorio para la privatización integral de la vida en que parece desembocar la primera crisis del capitalismo del siglo XXI. Una enseñanza y una investigación fundadas en la movilidad, la flexibilidad, la innovación y el dinamismo —sin olvidar la pleitesía rendida a los llamados valores— han proporcionado el modelo para la parte amable de la ideología futura, mientras que, por lo que toca a la menos grata, el modelo de la universidad como una empresa competitiva e integrada en el mercado se ha convertido en la esencia de la educación superior. El libro entra de lleno en los debates contemporáneos sobre el papel de las humanidades y el pensamiento sin alinearse con ninguna de las posiciones habituales. El autor afirma que la noción misma de cultura, tal como ha cristalizado en nuestros días, entorpece la comprensión del presente y el pasado, y que la tarea de las artes, de las ciencias humanas y del pensamiento habría de repensarse precisamente a partir de la eliminación de ese obstáculo.