Alfred Edward Housman (1859-1936) detestaba como poeta las leyes de los hombres y las de su Dios, abominaba de las costumbres que impedían a un hombre confesar abiertamente sus preferencias sexuales, e infligía a la sociedad en la que le tocó vivir epigramas que destilaban cinismo y resentimiento. W. H. Auden, reseñando el libro que sobre Housman redactara su hermano, destacó que pocos hombres habían mantenido en su interior, tan claramente apartados, al Jehová y al Satán que todos llevamos dentro. Incluso en las disciplinas literarias que frecuentó, Housman supo distinguir su Jehová de su Satán. Mientras al primero le correspondía el estudio minucioso de los clásicos latinos que anotaba para consumo de oscuros eruditos, el segundo mostraba su desdén por los asuntos intelectuales de la poesía, y abogaba por la sobriedad y la sencillez del pensamiento poético como vehículos imprescindi...leer más