William Morris (1834-1896). Fue un individuo renacentista en pleno apogeo del capitalismo industrial, un esteta refinado ante la vulgaridad de la producción en masa, un poeta atraído por ensoñaciones medievales y antiguas sagas nórdicas, un diseñador textil de enrgía inagotable y un agitador socialista ferviente y convencido. Aunque es la fuente de su originalidad, esta pluralidad de facetas en la obra de Morris ha dado también origen a la distorsión de su legado y al olvido de la potencia política que subyace a esa pluralidad de intereses: una misma aspiración al goce de la belleza y la plenitud de la vida, al trabajo como ámbito para la realización y la felicidad humanas y a la justicia social como condición para su consumación.