La figura mítica del indomable centauro griego le sirve de inspiración a Friedrich Nietzsche para fraguar su idea sobre el nuevo filósofo, que asume con plenitud su vocación trágica, y la contrapone a la imagen del filósofo metafísico dogmático impuesta por la tradición del erudito idealista postsocrático. Así, rescata la figura del sabio presocrático que consigue vincular con creatividad el arte, la filosofía y la ciencia mediante una efectiva política de vida. Para el autor de Más allá del bien y del mal, los filósofos de la época trágica griega son auténticos políticos, transmutadores de la cultura en la búsqueda de todo aquello que consiga forzar su grandeza.

El autor de este Breve tratado de filosofía centáurica se propone abordar de manera crítica la deuda fundamental de las propuestas de Nietzsche con estos primeros filósofos; por otro lado, indaga algunos de los principales factores que permiten restablecer el estrecho vínculo entre los orígenes de la filosofía y los “tiranos del espíritu”. Asimismo estudia el impulso nietzscheano de transvaloración para una filosofía del futuro en las figuras de los “nuevos legisladores”, los “médicos de la cultura”, los “espíritus libres” o en el envite máximo del “superhombre”.

César Velázquez retoma el intento nietzscheano de elaborar una “filosofía de martillo” que permita confrontar la modernidad con aquella sabiduría premoderna con la finalidad de encontrar auténticos modelos de efectivo saber práctico para la vida.