De revisitar el paisaje social de los años sesenta en el Chile vivido y rastrojeado por la devastada clase trabajadora. Algo así como recurrir a cierta arqueología sentimental para entibiar el ojo y ver de nuevo el paisaje cruel donde reflorecen aromas de miseria, tufo ocre de conventillo, aromas del mierdal callampa donde flameaba a los cuatro vientos la herejía indómita de la pobreza. Quizás, de esto y otras verdades nos habla el libro de Carmen Pimentel, a modo de retazos, de escritura confesional, de susurros poblacionales, al agarre incierto de una realidad sumergida en el inconsciente social, en los humedales urbanos del invierno triste y feo. ¿Pero hay pobreza bonita?, quizás no, pero hay pobreza colorida y pobreza folclórica en el Caribe. A diferencia de nuestra pobreza parda, hilachenta, carcomida por la sal del barro y el estrepitoso rumor de las aguas negras que enlutaron d...leer más