Blaise Pascal nació en Clemont-Ferrand (Francia) en 1623. Antes de cumplir los veinte años había hecho contribuciones decisivas a la geometría, la hidrostática, el cálculo diferencial y el estudio de la probabilidad, además de diseñar una máquina que podía hacer sumas y restas moviendo unas ruedas.
En 1654 una revelación mística le impulsó a abandonar la ciencia para centrarse en el cristianismo, y entre sus preferencias estuvo el jansenismo, movimiento que perseguía un ejercicio moral estricto inspirado en San Agustín. Pascal participó en las controversias religiosas de su tiempo escribiendo las 18 «Cartas provinciales» (1656-1657) en las que tomaba partido por el jansenista Antoine Arnauld en su polémica con los jesuitas.
Envalentonado por el éxito de las cartas, Pascal proyectó una defensa general de la religión cristiana. Trabajó intensamente en ella, pero la enfermedad que se manifestó en 1658 fue laminando su salud hasta que le arrebató la vida en 1662. Todos los escritos preparatorios de la gran obra que no terminó suelen agruparse y publicarse con el nombre de Pensamientos. En su testamento dispuso entregar todos sus bienes materiales a casas de caridad.