Toda concepción del amor traduce una cierta idea del hombre y del sentido de la vida. Por consiguiente, esforzarse por comprender las relaciones entre Espíritu y Eros equivale a interrogarse sobre las diversas nociones del yo en las grandes tradiciones culturales.
Si tal como enseña Oriente el yo es sólo una ilusión, ¿cómo es posible amar al otro por sí mismo? Si, tal como lo indica el Evangelio, se debe amar al prójimo «como a uno mismo», ¿no presupone ello una diferencia radical entre el yo natural y el «yo verdadero» de naturaleza espiritual? Y éste, ¿se confunde acaso con el Yo divino de la tradición oriental?
Como prolongación de su célebre ensayo El amor y Occidente, Denis de Rougemont busca en el presente libro la respuesta a estas cuestiones cruciales. Para ello, sigue un camino original que comporta un «mitoanálisis» de las figuras de don Juan y de Tristán, pasa...leer más