El interés por las categorías lingüísticas surgió en las primeras reflexiones sobre el lenguaje de los filósofos griegos y, desde entonces, ha sido una preocupación constante de la lingüística. Este libro encuadra el tratamiento de las categorías dentro de las ciencias cognitivas, que plantean que estas son los moldes por los que nuestra mente capta el mundo, de modo que cada una y el conjunto son resultado de nuestra actividad de pensamiento y de su reflejo en el lenguaje. Las categorías gramaticalizan –es decir, manifiestan mediante los recursos gramaticales de la lengua– aspectos que los hablantes extraen de la situación extralingüística. En la obra, este tema tradicional de la lingüística se encara a través de una visión novedosa, que propone un reordenamiento de las categorías en tres grupos, en función de una gradación que parte de aquellas fuertemente vinculadas con la situación comunicativa, en la cual se encuentran el hablante, el oyente y su entorno –deixis, persona, tiempo, modo–; continúa con las categorías relativas a la clasificación y cuantificación de los eventos y las entidades que allí participan –género, número, aspecto–; y culmina con aquellas que, ubicadas en un mayor nivel de abstracción, se encargan de la representación del evento dentro de la estructura oracional –caso y voz–.