Las paradojas irrumpen en una zona de alta tensión, activadas por la escritura de figuras como Juan Francisco Manzano, esclavo cubano que apropia y resignifica la letra del amo, o la anarquista puertorriqueña Luisa Capetillo, quien encuentra en la escritura el soporte de una imaginación radical que le permite pensar una “humanidad del futuro”, así como Flora Tristán, que pone en juego la noción de herencia y de filiación en su relato de viaje al país natal del padre, el Perú, donde la “paria” se reinventa mediante una escritura que impugna la lógica de la procedencia y el reconocimiento. También el exguerrillero salvadoreño Alberto Mendoza, desplazado en California, activa las paradojas cuando es juzgado por asesinato en las Cortes del Condado de Marin, donde su poesía fue utilizada como evidencia “humanizante” en un juicio de pena de muerte. Se incorpora ahora a la constelación el in...leer más