La obra literaria, particularmente la poética, de César Vallejo ha ido, con el tiempo, y después de su muerte, convirtiéndolo no sólo en una de las figuras más señeras de la poesía latinoamericana, sino también, de la creación universal. Saúl Yurkievich afirma que “La concepción de Vallejo es la contraria del idealismo romántico, del esteticismo espiritualista… Y de ahí esa paradoja de Vallejo, que se propia de toda creación artística: la búsqueda de la mayor proximidad, de la mayor fidelidad vivida, por otra parte, la convicción de que lo real no es un principio de razón suficiente de la palabra, que las palabras no son imágenes neutras de las cosas, sino que el discurso conserva siempre un margen especial de autonomía. La verdad poética no estás sujeta a prueba ni verificación, sino a sus propios procesos, a sus relaciones pertinentes”.