El sabor y el encanto que se desprenden de la obra de Henri Rousseau, el Aduanero, no han cesado de conmovernos. Esta obra de teatro, escrita en 1899, nos ofrece una dimensión particular de su universo imaginativo en perfecta consonancia con el subyugante lirismo de su obra pictórica.
Henri Rousseau, llamado El Aduanero, el legendario pintor ingenuista celebrado por cubistas, dadaístas y surrealistas, fue autor también de algunas obras de teatro. En 1899 escribió La venganza de una huérfana rusa, drama en 5 actos y 19 cuadros cuya acción se sitúa en la Rusia de 1855. Como dice Tristan Tzara en el prólogo que acompaña a esta edición, las piezas de teatro de Rousseau esclarecen su concepción pictórica valorizando los problemas del espacio y del tiempo, a los que dio una solución personal marcada con una veracidad y una frescura singulares, y hay en ellas, asimismo, una anticipaci...leer más