Cómo las pantallas devoran a nuestros hijos

Novedad Herder

Cómo las pantallas devoran a nuestros hijos

Cómo las pantallas devoran a nuestros hijos
Francisco Villar

El uso de las pantallas afecta directamente a la salud e interfiere en las actividades que ayudan a un sano crecimiento.

Como consecuencia tenemos adolescentes menos empáticos, menos reflexivos, con un enor control de sus impulsos, con poca tolerancia a la frustración, desensibilizados ante la violencia y el sufrimiento del otro, pero también más propensos a ser victimizados y a ejercer violencia contra sí mismos.

De ahí que el objetivo de estas páginas sea la protección de nuestros menores, de su desarrollo y de su formación como personas. ¿Cómo podemos frenar esta constante interferencia en el sano crecimiento de nuestros hijos? ¿Cómo impedir que las pantallas sigan devorándolos? ¿Somos los adultos con nuestra inacción parte del problema? ¿Qué se puede hacer desde los diferentes ámbitos sociales para regular el uso de dispositivos digitales?

Entre los efectos más dañinos que Villar destaca se encuentran:

Problemas de atención y concentración: La exposición prolongada a las pantallas sobreexcita el sistema nervioso y dificulta la capacidad de atención y concentración.
Problemas de sueño: La luz azul emitida por las pantallas altera el ritmo circadiano y dificulta la conciliación del sueño.
Problemas de obesidad: La falta de actividad física y la ingesta de alimentos hipercalóricos fomentada por la publicidad digital pueden conducir a la obesidad.
Problemas de salud mental: El uso excesivo de las pantallas puede aumentar el riesgo de ansiedad, depresión y adicción.
Villar también nos habla de los efectos negativos que la digitalización tiene en el desarrollo social, afectivo y relacional de los niños y adolescentes.

Por un lado, el exceso de tiempo frente a las pantallas dificulta la interacción social con los demás. Por otro lado, la exposición a contenidos violentos o sexuales puede afectar a la formación de la personalidad y las relaciones afectivas.

Francisco Villar es doctor en Psicologíay psicólogo clínico especialista en suicidio en la infancia y la adolescencia. Como referente a nivel nacional de esta problemática, es promotor y actual coordinador del Programa de Atención a la Conducta Suicida del Menor en el Hospital Sant Joan de Déude Barcelona. Es también profesor de la Universidad Abat Oliba, del máster de Neuropsiquiatría y Psicología delniño y del adolescente de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor del libro «Morir antes del suicidio: Prevención en la adolescencia»

 

La prensa dice:

«Francisco Villar, psicólogo: “Los adolescentes se suicidan por lo mismo de antes, pero ahora las redes les asfixian la vida”».
EL PAÍS

«El coordinador del programa de atención a la conducta suicida del menor en el hospital Sant Joan de Déu, alerta de cómo la invasión de las pantallas ha influido de manera «inabarcable» en la salud mental de los más jóvenes: "No hay un político que sea capaz de decir vamos a proteger a nuestros hijos de las pantallas''».
LA VOZ DE GALICIA

«Al adolescente no se le toma en serio, te habla de la amistad, del amor, y lo ves todo exagerado. Cuando te habla de la muerte también. Te puede amenazar con irse de casa, pero si te habla de morir, ¿Qué tienes que hacer para que lo veas?».
CADENA SER

«Las redes sociales complican mucho el trabajo de los profesionales sanitarios a la hora de abordar la prevención del suicidio y se ha mostrado totalmente partidario de prohibir el uso de los móviles a los menores de 16 años».
LA VANGUADIA

«Francisco Villar alerta de que con los móviles "los menores tienen acceso prematuro a muchísima información que les puede ayudar a terminar tomando la decisión del suicidio"».
ALETEIA

 

Algunos datos sobre el uso de las pantallas en niños y adolescentes:

  • 3 de cada 10 niños en España tuvieron su primer dispositivo con pantalla a los 4 años o menos.
  • El 38% de los niños entre 8 y 12 años dice utilizar redes sociales casi cada día.

Consecuencias y riesgos del uso de las pantallas en menores:

  • Problemas del sueño.
  • Obesidad
  • Retrasos en el aprendizaje y habilidades sociales
  • Efecto negativo en el desempeño escolar
  • Problemas de conducta.
  • Uso problemático de internet
  • Conductas de riesgo
  • El "sexteo", la privacidad y los predadores sexuales.
  • Acoso cibernético
  • Problemas de salud mental y bienestar emociolnal