Dazai Osamu (1909-1948) nació en el seno de una importante familia de Aomori, en el norte de Japón. Creció como un muchacho solitario e introvertido bajo el cuidado de su tía y de la nutrida servidumbre de la casa familiar. Dotado de un talento literario innato y una sensibilidad única, el joven Dazai se matriculó en el Departamento de Francés de la exclusiva Universidad Imperial de Tokio a los 21 años, pero nunca llegó a finalizar sus estudios universitarios. En la capital, Dazai, estandarte de la llamada «escuela de los decadentes», se entrega a una vida disipada de mujeres, alcohol y escritura. Excluido de la familia por convivir con una geisha y acuciado por las deudas, vivió sumido en un pozo de oscuridad, morfina y creatividad literaria.
Finalista del Premio Akutagawa en 1935 y 1936, sus relatos suscitaron el interés de la crítica, y le aseguraron un lugar destacado entre los jóvenes autores de la época. Tras varios intentos de suicidio y ser internado en un psiquiátrico en 1937, Dazai conoció un breve paréntesis de estabilidad al que contribuyó su matrimonio con Michiko Ishihara y el nacimiento de su hija.
Pero en 1945, retomó la espiral de autodestrucción que hasta entonces había caracterizado su vida. A pesar del gran éxito cosechado por sus novelas Indigno de ser humano y El ocaso, y de sus relatos, Dazai puso fin a su vida en 1948 arrojándose al río Tama con su amante.