Las tensiones y dificultades que se vienen produciendo entre la Iglesia católica y el Estado en España son la expresión patente de un fenómeno más profundo que muchos ciudadanos quizás no adviertan. En el horizonte histórico se anuncian transformaciones culturales profundas: desarrollo de nuevos sistemas de valores y creencias, nuevos enfoques de las relaciones sociales, diferentes formas de adscripción y de diferenciación social. Estos cambios explican los problemas concretos que cada día se presentan en las complicadas relaciones entre las religiones y el Estado en las sociedades industriales avanzadas. Las religiones, en general, y la Iglesia católica, en concreto, son instituciones resistentes al cambio. De ahí la dificultad que, con frecuencia, tienen los dirigentes religiosos para tomar conciencia de lo que en realidad está sucediendo y para encontrar las soluciones adecuadas a los problemas que se plantean. Dificultad que, en muchos casos, es auténtica incapacidad, como se pone de manifiesto no sólo en el mundo de la religión, sino a veces también en los líderes políticos. Esta dificultad se acentúa en la medida en que el serio debilitamiento institucional de la Iglesia católica se ve agravado por la crisis de espiritualidad que se advierte en no pocos ambientes.

Cuando la espiritualidad se convierte en negocio –lo que sucede con harta frecuencia–, en lugar de responder al anhelo de experiencia mística que muchos ciudadanos viven, las religiones terminan por convertirse en agentes de violencia, con serio detrimento para los derechos fundamentales de las personas. Para salir del círculo del negocio de la religión y del inmovilismo de las iglesias, este libro propone un modelo de espiritualidad que bebe en las fuentes de la mística, se enriquece con el feminismo, recupera elementos fundamentales de la religión de la diosa, se reconstruye en clave interespiritual e interreligiosa y se traduce en espiritualidad liberadora para otro mundo posible.