Nació en la ciudad italiana de Aosta en 1033. Tras estudiar retórica y latín, ingresó como benedictino en el monasterio normando de Bec en 1060, del cual fue elegido abad el año 1078. Allí alcanzó justa fama como filósofo gracias a su enseñanza y a la publicación del Monologion y el Proslogion, donde formuló el célebre argumento ontológico.
En 1093 fue nombrado arzobispo de Canterbury, ministerio que ejerció hasta su muerte en 1109. Durante esta etapa tuvo que compatibilizar su vocación intelectual con su tarea de gobierno, a fin de preservar la libertad y la unidad de la Iglesia frente a los intereses del Estado.