Emanuel Swedenborg nació en Estocolmo en 1688. Su vida transcurrió entre las tradiciones de una civilización tambaleante y el súbito arranque de una nueva época que su mente anticipaba. Su padre fue el obispo luterano Jesper Svedberg. “Desde los cuatro hasta los diez años –le escribió más tarde Swedenborg a un amigo– me dediqué constantemente a pensar en Dios, en la salvación, en las aventuras espirituales de los hombres. Varias veces revelé cosas que maravillaron a mis padres y les hicieron pensar que los ángeles hablaban por mí”.
Asistió a la Universidad de Uppsala, donde estudió matemáticas y mecánica y dio muestras de poseer verdadero talento poético. Allí se doctoró con honores en Filosofía y Letras, a los veintiún años de edad. Además de griego y latín, comprendía bien el francés, el inglés, el holandés, el alemán y el italiano, idiomas que aprendió durante sus numerosos viajes. Proyectó vehículos mecánicos, artefactos voladores y un buque submarino, anticipándose a la invención del automóvil, el aeroplano y el submarino. También inventó armas y máquinas de todo tipo. Bosquejó la teoría atómica y la hipótesis nebular, con muchos años de anticipación a Laplace. Sus aportes a la biología fueron fundamentales. Se dedicó con pasión a la música. Era el modelo de enciclopedista inquieto. A partir de 1716 fue consejero del rey Karl XII de Suecia.
Su primera obra filosófica se publicó con el título Química , en 1720, pero la más representativa está reunida en tres volúmenes, publicados en 1734: Obras Filosóficas y Mineralógicas. Posteriormente escribe Infinito.
Agobiado por lo sombrío de la época que le tocó vivir, se retiró a la vida espiritual en 1744 y pasó 29 años de su vida casi en la pobreza. Pero antes de dedicarse por completo a la religión dejó escritos un total de sesenta libros y opúsculos, entre los que se destacan Los Primeros Orígenes de las Cosas Naturales , El Cerebro , La Economía del Reino Animal y Psicología Racional . Sus predicciones lo colocaron en el lugar del visionario. Tal como lo había anunciado seis meses antes, Swedenborg murió el 29 de marzo de 1772.