Ian Svenonius

Ian Svenonius

Ian Svenonius pegó su primer chillido en una sala de partos en el Estados Unidos de 1968. Abrazó la autonomía cuando le cortaron el cordón umbilical en un ambiente de protestas, marchas por los derechos civiles y soflamas contraculturales. Desde ese instante no abandonó ni los gritos ni la independencia. Creció, además, justo delante de una iglesia donde se cantaba góspel, así que era inevitable que se convirtiera en la bestia escénica y el animal fuertemente ideologizado que ha sido siempre. Los iconos se fabrican con esos mimbres, más aún si pasan su adolescencia en un Washington D. C. incendiado secretamente por un fuerte circuito de punk-rock y hardcore que tenía como bandera el compromiso insobornable y la autogestión más brillante. Salvaje en el escenario, pero lúcido y riguroso en sus teorías, siempre entendió la banda de rock and roll como comando vanguardista pero popular. Una idea que ha sido el motor de estilos inventados como el góspel yeahyeah y de bandas como Nation of Ullysses, The Make-Up o Chain and The Gang, en las que la estética es un modo de posicionarse éticamente con la intención de desmarcarse de los peores clichés de la industria musical.

Llevó esa retórica marxista y antiautoritaria incluso al terreno de las entrevistas con Soft Focus, el programa de entrevistas de culto que presentó en VBS.tv. Figura crucial de la música a la contra, personaje en la más amplia acepción del término, Svenonius es la estrella del pop que viaja en metro y que toca en centros cívicos, aunque tiene una extensa red de acólitos y feligreses de sus ideas. Es, en definitiva, una especie de timonel del underground en todo el Planeta Tierra. Un reverendo de las ideas más puras. Todo eso está en ensayos satíricos, profundos pero tronchantes como The Psychic Soviet, el Librito Rosa del la música pop a imagen del Libro Rojo de Mao, o en Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock, que ahora presenta Blackie Books en castellano. Ian Svenonius empezó protestando en 1968 y lo sigue haciendo en 2014, porque las cosas no han cambiado tanto.