Nació en Florencia en 1889 y murió en la misma ciudad en 1956. Hijo y nieto de juristas de relieve, fue uno de los grandes procesalistas europeos del siglo xx, que nos ha legado obras imperecederas de su especialidad, connotadas por la preocupación garantista y la atención a las implicaciones axiológicas y sustantivas del proceso, más allá de las formas. Alcanzó también fama como abogado, en lo que brilló tanto por su calidad técnica como por su integridad.
Se distinguió por su compromiso con la libertad y la legalidad, que le llevó a significarse, desde los primeros momentos, en el antifascismo. Inicialmente crítico frente a la Resistencia, reconsideraría esta postura, para convertirse en celoso defensor de sus valores, como anticipación ideal de los que tendrían que dar sustento a la Italia constitucional y democrática. Ya en esta, desempeñó un papel de primer orden en calidad de constituyente y denunció luego con vigor la renuencia de la primera mayoría democristiana a desarrollar la Constitución.
Cultivó desde niño con verdadera fortuna la creación literaria: Inventario della casa di campagna (1941) es en esta vertiente su principal obra. De su ingente producción jurídica destaca La cassazione civile (1920); también sus Istituzioni di diritto processuale civile (1941). Hizo importantes aportaciones al Derecho Constitucional, y fundó y dirigió la revista Il Ponte.