Rosa Del Olmo, nació en Barcelona, hija de un juez de la República y de una dirigente del Partido Comunista. Estudió Sociología en la Universidad de Wisconsin (EE.UU.), se diplomó en Criminología, por la Universidad de Cambridge y obtuvo su doctorado en Ciencias Sociales, en la Universidad Central de Venezuela. Allí ejerció la docencia, y también en las universidades de México, Puerto Rico y Estados Unidos.
Trabajó en el Ministerio de Justicia de Venezuela en varios cargos. Fue directora del Instituto de Ciencias Penales y Criminológicas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela. Posteriormente desempeñó el cargo de directora de la Fundación José Félix Ribas (Investigación, prevención y tratamiento del uso indebido de drogas), dependiente del Ministerio de la Familia de Venezuela.
No tenemos, ciertamente, una idea de la relación entre ambos. Pero es seguro que el querido profesor Cabral Ortega conoció y trató por primera vez a la investigadora venezolana, en el histórico I Seminario de Investigación Comparada del Proyecto de Violencia en América Latina, Quito, 1976.
Sus publicaciones en revistas son enormes; en 1972, nos ofreció su Visión crítica de la investigación criminológica en Venezuela, en la revista Relación Criminológica, Valencia, junio-diciembre; y en ese mismo medio, El conflicto ideológico en criminología (1972). Comenzó a publicar sus ensayos y dictar conferencias: Problemas actuales de la criminología, en el Anuario del Instituto de Ciencias Penales y Criminológicas No. 6. Caracas, 1974-1975; La socio-política de las drogas, en la Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, 1975; Estudios de los delitos de tránsito en Venezuela. Caracas, Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, 1978; Ruptura criminológica, que es una colección de trabajos de la autores y que fue publicado por Ediciones Biblioteca, Universidad Central de Venezuela, en 1978. Y, finalmente, su ensayo titulado, Ciudades duras y violencia urbana, publicado por primera vez, por la revista Nueva Sociedad, Nº 167, en mayo-junio del 2000. Su muerte se produjo en enero de 2000 y sus restos fueron esparcidos en el mar Morrocoy