Escribir –dijo una vez Mujica– es “escuchar lo que la vida me cuenta de lo que aprende de sí latiéndose en mí”. Y eso, algo de ese misterio que es vivir, es lo que esta antología poética nos ofrece, nos da a escuchar. Hondamente, donde ya no se trata de su vida sino de la única, de la de cada uno y de la de todos.
Misterio de vivir hacia el que estos poemas hacen señas. Misterio de una trascendencia, hasta de un misticismo, donde lo totalmente otro es la realidad misma, liberada del utilitarismo al que la sometemos; de la vida cuando recupera y ofrece su dimensión naciente, su brotar, su sacralidad. Por eso, nada más real, nada más encarnado, que esta poesía que no intenta suplantar ni explicar lo que nombra, sino mostrarlo, abrirlo, darlo a sentir. Ni más allá ni más aquí: en lo que cada cosa tiene de irreductible, en lo único de sí, en su libertad.
Mujica desnuda la ex...leer más