La situación irremediable y certera de la vida es la muerte. Sin embargo, es una condición incognoscible, es decir, nada sabemos de ella porque cuando nos le enfrentamos no hay ya posibilidad de apalabrarla, de dar cuenta. Pero sí podemos advertir la angustia de sus ecos para cuando enfrentamos la muerte de nuestras personas cercanas. Es un shock, es la producción inmediata de la angustia de muerte imposible de representar y, por tanto, de entender. Este es un texto que, por las mismas razones, intenta apalabrar aquella experiencia para quienes se enfrentan de súbito a la angustia de muerte de un familiar, particularmente para quienes están a cargo de alguien internado en las Unidades de Cuidados Intensivos. Bajo una mirada psicoanalítica, esperamos que todos los involucrados, médicos, familiares, personas que padecen este tipo de angustia, encuentren el acompañamiento necesario para acercarse a tan dolorosa situación.