Los mayas antiguos dedicaron mucho tiempo y esfuerzo a investigar la naturaleza y características del Otro Mundo, una dimensión de la realidad que albergaba a los muertos y los dioses, además de espíritus y fuerzas cosmológicas diversas. Algunas de esas entidades, además de distintas parcelas del universo mismo, fueron representadas como dragones, por lo general ofidios artísticamente muy elaborados. Otros monstruos semejantes ocuparon las lindes entre lo percibido y lo
imaginado.
Este libro trata de penetrar en los significados de varias de tales criaturas, o al menos dejar constancia de su presencia en los contextos mitológicos y sociales en los que vivían las gentes de las selvas del sur y sureste de Mesoamérica. La fuerza y la vigencia de los símbolos draconianos, a lo largo de veinte siglos de historia prehispánica, sugieren inequívocamente el acierto de los sacerdot...leer más