El fenómeno «judeo-cristiano» como coexistencia de culturas religiosas tuvo dos manifestaciones: primero,con los judíos conversos al cristianismo que continuaban observando sus ritos y situaban sus creencias en el contexto exclusivo del Antiguo Testamento; más tarde, en los siglos VI y VII, cuando el poder civil, en nombre de la religión de Estado, obligó a los judíos a convertirse al cristianismo.
Si al principio el cristianismo fue deudor de las convicciones del judaísmo del primer siglo de nuestra era, toda su historia posterior es la de un fruto desgajado de esa rama que lo sostenía. Su voluntad de distinguirse del judaísmo toma dos vías: con la alegoría, se apropia del libro del judaísmo, el Antiguo Testamento, al considerarlo precursor y justificación del Nuevo; con la formulación dogmática, la Iglesia presenta al eventual creyente una serie de creencias que este deberá ac...leer más