Nathalie Goffard realiza en este libro una investigación sobre el vínculo entre fotografía y artes visuales contemporáneas a partir del análisis de obras que ocupan directa o indirectamente la imagen fotográfica como herramienta o material de producción. Opta entonces por referirse a prácticas fotográficas, ya sean realizadas por artistas visuales y/o fotógrafos, coetáneos de la autora. Articulado como criterio temporal, lo coetáneo es definido aquí «a partir de características y cambios percibidos in situ y desde un tiempo vivido que es propio a correspondencias etarias y generacionales». Si el análisis se centra en las prácticas fotográficas en las artes visuales chilenas, recurrentemente hace mención no solo a los referentes de la historia del arte contemporáneo nacional, sino que consciente del mundo globalizado, las transferencias de conocimiento y los flujos de imágenes en la era digital, día loga permanentemente con los principales debates y tópicos de la escena del arte internacional. Como bien se señala en el libro: «En algún momento, todas las historias se parecen, toda la historia dialoga, se repite y converge, y en este caso también en lo que a prácticas fotográficas en el arte contemporáneo del fin del mundo se refiere»