La historia del feminismo no es lineal, pero tampoco es “una”. No se dice en la positividad del dato petrificado que duerme a la espera de una mirada historiadora que lo anime. El tiempo del feminismo implica dos o más trayectos temporales que se intersecan en el tiempo presente. De habitual se dice que el presente es una temporalidad en fuga. Su sentido, su comprensión, escapa a la intención de los propios sujetos. Sin embargo, es con vocación de presente –sus apuestas, posiciones, políticas y deseos– con la que se imagina y escribe el pasado. Así es también para el feminismo, es siempre una historia interesada. Es el aguijón del presente el que hace mover la historia del feminismo y es ahí, en ese movimiento, donde se crean otros mundos.
Es precisamente por ello que Julieta Kirkwood (1936-1985) –como historiadora y socióloga interesada– enuncia su feminismo en tiempo presente...leer más