La caligrafía japonesa nos ha ofrecido a lo largo de su historia interesantes muestras de sus cualidades artísticas, llegando a sorprender a buena parte del mundo al arte occidental, especialmente desde el siglo XIX; sin embargo y a pesar de esa seducción, la falta de información y el misterio que la rodea ha hecho que desde el Oeste siempre haya resultado complejo discernir dónde acababa la herencia china y dónde comenzaba la invención japonesa.
En la presente obra, Noni Lazaga analiza esta disciplina desde un punto de vista histórico, filosófico, técnico y artístico. Gracias a este enfoque múltiple introduce al lector en un viaje al oriente lejano aclarándose numerosos interrogantes sobre la naturaleza misma de la caligrafía y lo que este arte supone en la cultura japonesa.