Horizontes del Mediterráneo, este mar tantas veces atravesado y tan querido, en el terruño natal; espacios abiertos de las economías; mundo en el hexágono francés: la obra de Fernand Braudel, uno de los historiadores más grandes de este siglo, no ha seguido una senda común. En el otoño de su vida, en un libro que debía ser el último, partió en pos de aquello que, para muchos, constituyó un punto de partida: el descubrimiento de las raíces, la caracterización de la nación el relato de su propia historia.
Si la función de Braudel es diferente de todas las demás de todas las que cuentan las "historias de Francia", clásicas o recientes, la explicación hay que buscarla en la mirada original de un historiador que vivió mucho tiempo lejos de ella. De ahí, en esta obra en forma de tríptico, el ejemplo único de una búsqueda de identidad que, de un extremo a otro, se encuentra alimentada...leer más