Tras una vida consagrada a traer seres humanos al mundo, la comadrona Consuelo Hess Teodoro descubre que desea con todo su corazón ayudarlos a morir, de modo que una vez jubilada y en el mismo hospital donde ha trabajado siempre, portadora de insólitos instrumentos –un arpa celta, una flauta de cristal, un aro de oro para hacer pompas de jabón–, con el permiso de las familias de los moribundos y la anuencia de éstos, les canta nanas, cuenta historias y reparte sonrisas. Pero sobre todas las cosas, induce a los pacientes mediante las irisadas pompas de jabón a que viajen con ellas a la región de sus mejores sueños y los recuerdos de sus seres queridos. Allí donde el sacerdote se retira aparece el chamán. Desvanecido el ritual de morir, se descubre la tremenda poesía del tránsito.
Novela que honra la amistad y reflexiona sobre la vocación y el destino. Sorprende por su frescura a...leer más