Entre los diferentes modos de existencia que Étienne Souriau catalogó a finales de los años 30 y comienzos de los 40, uno de ellos llamó poderosamente su atención: las existencias virtuales. Toda su investigación, en el cruce entre la filosofía y el arte, se vio conmovida por este hallazgo. Estas existencias, en el límite de la no-existencia, y rebautizadas por David Lapoujade como “menores”, no lo son por su insignificancia, aun cuando desde siempre y para siempre corren el riesgo de no ser tomadas en cuenta. Por el contrario, lo “menor” es un potencial, una positividad, un virtual lleno de posibles… siempre que se les reconozca su derecho de existir. Es entonces un asunto de jurisprudencia el que decidirá sobre ellas, ya que se trata toda vez de un hecho invisible, invisibilizado, o al menos no reconocido por la ley de lo visible. Este derecho de existir necesitará de testigos y de ...leer más