En el primer volumen de sus ensayos, Las manos de los maestros, Coetzee demostró su excepcional aptitud para servirse del sustrato conceptual que ofrecen al crítico las diversas teorías literarias –desde las surgidas de la lingüística hasta el posestructuralismo francés– para abordar a los autores y temas en los que se detiene. Pero como Coetzee, más allá de su carrera académica, es uno de los mayores escritores de la actualidad, esa condición le permite adoptar una perspectiva de singular lucidez, íntimamente vinculada con la sabiduría literaria del gran narrador, así como utilizar un lenguaje ajeno a los tecnicismos propios de la crítica. En el caso de este segundo volumen, centrado casi exclusivamente en creadores literarios –de García Márquez a Hölderlin– y en ese filósofo singular que es Erasmo, la sutileza de sus comentarios resulta todavía más evidente, ya que enfoca a cada uno...leer más