La mallorquina (1905) de Picasso aparece estudiada bajo nuevos parámetros interpretativos. Su figura emerge de las profundidades del Mediterráneo, como fruto de un contexto influenciado por la pintura pompeyana y por los relatos homéricos, entre otros.
C. Boncompte analiza el retrato de una supuesta mujer de Mallorca, pintada por Picasso en 1905, basándose en nuevos parámetros interpretativos: la influencia que la pintura pompeyana y el estudio de la mitología ejercieron sobre la obra del malagueño antes de su célebre viaje a Gósol (1906) y hasta Les demoiselles d’Avignon (1907).
Los hallazgos realizados por la autora invitan al lector a viajar, como Ulises, entre islas y puertos mediterráneos hasta dar con la personalidad de la misteriosa mujer pintada por Picasso: una maga homérica. Su relato es introducido por la Dra. Lourdes Cirlot, catedrática de la Universidad de B...leer más