Leer estos poemas traducidos por Eduardo Langagne es viajar con Pessoa, aproximarse a él y recuperar versiones que están entre los más altos homenajes poéticos que desde el español se le han rendido al autor luso. Mi sentimiento, como lector de los textos pessoanos y de estas traducciones, es de enorme gratitud: el numeroso Fernando Pessoa, para citar al traductor, es hoy más múltiple y esplendoroso. De quien dijo, en tono shakesperiano pero con hondo desasosiego, "tengo en mí todos los sueños del mundo", después de un sin embargo, hoy se puede decir que es un soñador infinito de nuestro mundo, ya que cada vez somos más los que habitamos sus sueños: las veladoras, los heterónimos, los traductores, los críticos, y ahora tú, lector.