El joven narrador de esta divertidísima novela llega a una gran ciudad para trabajar en una peculiar compañía situada en un palacio de cristal con un techo puntiagudo. El director es el doctor Max, un excéntrico personaje, melancólico, neurótico e iracundo, que dirige su empresa mediante complejos mecanismos psicológicos basados en una premisa muy sencilla: que todos los empleados son objetos de su propiedad, cuestión que el protagonista comprende desde el comienzo: «Mi felicidad me parecía precaria, pero ahora se va consolidando. Lo que me hace feliz por encima de cualquier otra cosa es haberme convertido en propiedad del doctor Max». En torno al doctor Max aparecen personajes propios de una fábula clásica; su padre, el doctor Saturno, a quien busca reemplazar como jefe de la empresa; su madre, la doctora Uraza, y su prometida, Minnie, quien se expresa con sonidos onomatopéyicos. Asi...leer más