«Nada hay más costoso que levantar todos los velos que recubren ante uno mismo el fondo oscuro de la propia naturaleza. Nada más difícil ni más desagradable. He sido siempre muy autocrítico conmigo mismo. He hablado a menudo, como en esta conversación, de la lección de los clásicos. La primera y más duradera lección que ellos me han dejado es la de la humildad, la de no creérselo, la de no perder el sentido de la proporción». Haciendo un examen casi de conciencia, sin retórica ni complacencia, Norberto Bobbio se deja invitar a un diálogo en el que hace el inventario de su personal «oficio de vivir, de enseñar y de escribir». Desde los recuerdos familiares de infancia y juventud —en el Turín extraordinario de Leone Ginzburg, Cesare Pavese o Giulio Einaudi, de los que fue amigo— hasta los años del fascismo y luego de la democracia, desde sus primeras lecturas y su formación académica ha...leer más