País de contrastes, el que aquí se nos describe transita del “México lindo y querido” de su romántica canción al “Narcoméxico” de su tragedia cotidiana. Territorios ingobernables, cadáveres descuartizados, masacres colectivas, narcofosas, sicarios, ajustes de cuentas, corrupción, secuestros y extorsión configuran una realidad afianzada por una jerga propia y ya tristemente familiar: el narco lenguaje. Sin embargo, como afirma Jon Sistiaga en el prólogo, José Reveles nos ofrece, desde su visión de periodista y de mexicano, un análisis con cordura, una voz razonable “que puede ayudar a sacar del pozo negro de la violencia a un fantástico país que quiere quitarse de encima ese tremendo prefijo que todos hemos asumido como normal”.